La situación de la Península Coreana que iba a favor de reconciliación vuelve a la fase de guerra debido al alboroto de guerra nuclear de las tropas agresoras norteamericanas y japonesas y los títeres surcoreanos.
Pese a la fuerte advertencia de la República Popular Democrática de Corea y a la preocupación de la sociedad internacional, las fuerzas hostiles libraron en la zona marítima cerca de la Península Coreana los ejercicios navales combinados de ataque contra la RPDC.
Se trasladó otra vez a esa área la flotilla del portaaviones nuclear George Washington adscrito a la séptima flota norteamericana que en el caso de la segunda guerra coreana desempeñará el papel protagónico, según la opinión pública internacional.
El presente alboroto coincide en tiempo con la fijación de la "estrategia del disuasivo de forma de ajuste" Estados Unidos-Sur de Corea encaminada a asestar el ataque preventivo nuclear contra la RPDC, y con el consentimiento del "derecho a la autodefensa colectiva" de Japón. He aquí su gravedad y peligrosidad.
Ahora la situación de la Península Coreana no se encuentra en el dilema de la confrontación o el diálogo, sino en el de la guerra o la paz.
Esta aventura militar deviene un desafío frontal a los esfuerzos pacifistas de la RPDC por el alivio de la tensión de la Península Coreana y a la opinión pública interna y externa.
Como está conocido por todo el mundo, la RPDC hizo todo lo posible por acabar con la circulación viciosa de la tensión de la Península Coreana y preparar un ambiente pacífico favorable a la construcción de la potencia económica y la mejora de vida del pueblo.
Reflejando la aspiración de la nación a la reconciliación y unidad nacionales y a la reunificación de la patria, aclaró la voluntad de paz y diálogo y toma sucesivamente las medidas prácticas para el respecto.
En particular, con el deseo de asegurar la paz duradera y la estabilidad de la Península Coreana y realizar la desnuclearización de toda la Península Coreana, aclaró hasta la posición de hacer el diálogo incondicional y presentó con iniciativa los proyectos sobre el respecto.
Como reconoce la sociedad internacional, aún en el período de los ejercicios militares conjuntos Ulji Freedom Guardian, realizados en agosto pasado por EE.UU. y los títeres surcoreanos, la RPDC dio muestras de su máxima paciencia y autocontrol.
Por el contrario, ellos respondieron con la continua política conflictiva y campaña de guerra.
EE.UU. introdujo sucesivamente los 3 medios de ataque nuclear en la Península Coreana y su contorno y ultimó los preparativos físicos e institucionales para la provocación de guerra nuclear.
En tanto, los títeres surcoreanos ampliaron de modo escalonado los complots y alborotos bélicos anti-RPDC preconizando públicamente el "enfrentamiento con diálogo" actuando acorde a la estrategia sobre Asia y al horario de guerra anti-RPDC, trazados por su amo norteamericano.
Hasta en el extranjero, insultaron la dignidad y el sistema de la RPDC exponiendo abiertamente la ambición de "derrocar el régimen de ella".
La presente maniobra es la continuación y última fase de ejecución de ese proyecto siniestro.
La realidad demuestra que la "confianza", el "respeto" y el "alivio de tensión" de que hablan tanto EE.UU. y otras fuerzas hostiles no pasan de ser palabras hipócritas y que su verdadera intención y meta final es aplastar a la RPDC.
A través del presente caso, se hizo más clara la naturaleza de EE.UU. y sus lacayos como perturbadores de la paz y estabilidad de la Península Coreana.
Puesto que el blanco de golpe es muy grande y estuvo a menudo dentro del colimador de nuestras fuerzas armadas, se tornarán más detalladas y premeditadas nuestras contramedidas militares.
Las fuerzas hostiles no deben tratar a la ligera las contramedidas emergentes de nuestras fuerzas armadas revolucionarias.